lunes, 9 de abril de 2012

ESCANDALERA DE NIÑOS EN MISAS, reflejo de la mediocridad y degeneración eclesial y familiar.





¿Por qué hay cada vez más niños mal educados MOLESTANDO EN LAS EUCARISTÍAS?

Si los padres no educaron a sus hijos durante la semana, ¿cómo pretenden hacerlo dentro de Misa?

Si los niños no fueron educados para obedecer a sus padres, a quienes ven, ¿cómo pretenderemos que obedezcan a su Padre y a su Madre a quienes no ven?

Esto es una de las consecuencias de que la madre trabaje (a veces sin real necesidad económica que lo justifique) y de que el padre vuelva tarde como para comer con ellos: los hijos son consentidos por abuelas o niñeras, o dejados como “mercadería en consignación” en el “depósito” de niños (guardería, jardín de infantes).

Las almas de los niños es lo más precioso que Dios ha confiado a los padres, después del amor mutuo es la obligación más importante del matrimonio y debiera ser la prioridad número uno. Nos pedirán cuentas el día del Juicio. Ay si se pierde alguno de nuestros hijos por culpa de nuestra desidia.








Mateo 18:
6    Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar.
7    ¡Ay del mundo por los escándalos! Es forzoso, ciertamente, que vengan escándalos, pero ¡ay de aquel hombre por quien el escándalo viene!


¿necesidad?
a)      Para crear el hábito, la virtud. Muchas personas que no viven de acuerdo a su fe, al menos no la pierden porque de niños se hicieron el hábito de ir a Misa cueste lo que cueste. Y gracias a ese hábito, no sólo añaden el pecado mortal de faltar a la Misa dominical y fiestas, sino que tarde o temprano recibirán la gracia para convertirse.
b)      Porque la presencia Eucarística bendice a los niños. Santa Faustina explica que los rayos que salen del Corazón Misericordioso de Jesús, son los que salen de la Eucaristía y ACTÚAN en el alma, santificándola. Por algo durante dos mil años jamás se utilizó guardería EN MISAS.




ENVIOS IESVS.ORG



2 comentarios:

  1. " Sin sosiego, en quietud andar procura".
    San Miguel de los Santos.

    Ahora solemos decir una frase parecida a ésta: "Sin prisa, pero sin pausa".

    Parece que ambas dicen lo mismo, pero no es así, porque la "quietud" a la que se refiere san Miguel es "interior" y sólo se tiene si gozamos de la paz de Cristo: "La paz os dejo, mi paz os doy. No como el mundo la da os la doy yo" (Jn. 14, 27 ), en tanto que la "prisa" es una palabra que expresa simplemente que no hemos de ser precipitados, alocados, o vivir estresados, algo que lograremos o no dependiendo de la mayor o menor fuerza de voluntad ( y de autocontrol ) que tengamos, que no tiene nada que ver con el estado de paz de que el alma goza cuando particioa de la Paz de Dios.

    Quien participa de la paz de Dios nunca puede ser precipitado o alocado o vivir estresado.

    Eso es imposible, y, al mismo tiempo, tampoco puede sentir pereza alguna, por lo que las pausas que haga serán siempre las precisas para atender otro tipo de necesidad, como puede ser comer o descansar el tiempo justo.

    Se cumple siempre en este tipo de personas la frase de san Miguel de los Santos: " Sin sosiego, en quietud andar procura". Lo que no dice en forma expresa, pero se deduce fácilmente, es que si no buscamos las cosas de arriba ( a Cristo ), nunca llegaremos a sentir esa inefable paz. Buenos días a todos. POR BARTOLOME LOPEZ

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  2. Los padres pecan si no enseñan a sus hijos las cosas de la Fé y de la salvación

    San Alfonso María de Ligorio:

    No deben imitar a ciertos padres y madres que no cumplen ese deber por el afán de mantener ocupados a sus hijos en otras cosas. La consecuencia es que los desdichados no saben confesarse, no conocen las principales verdades de la Fé, ignoran lo que es la Santísima Trinidad, la Encarnación de Jesucristo, el pecado mortal, el juicio, el infierno, el paraíso la eternidad. Muchas veces esa ignorancia es causa de condenación y sus padres deberán prestar cuentas a Dios por ello.

    También es deber de los padres vigilar la conducta de los hijos, conocer los lugares y las personas que frecuentan.

    Los padres también pecan si no cuidan que sus hijos reciban los Sacramentos, observen las Fiestas y los otros preceptos de la Iglesia.

    Pecan doblemente, si les causan escándalo al proferir delante de sus hijos blasfemias, obscenidades, u otras palabras culposas, o haciendo delante de ellos alguna mala acción.

    Los padres están obligados a dar buenos ejemplos a los hijos.

    ¿Como podrían los jóvenes tener una buena conducta, cuando ven con frecuencia que sus padres blasfeman, maldicen, injurian al prójimo, profieren ofensas, hablan de venganzas, de obscenidades, y repiten ciertas máximas pestíferas como: ‘No es necesario preocuparse tanto; Dios es misericordioso, Él tolera ciertos pecados’?

    Santo Tomás dice que, de alguna manera, tales padres obligan a pecar a sus hijos.

    Hay padres que se lamentan de tener malos hijos; Jesucristo dice: ¿Alguna vez crecieron uvas de espinas? ¿Cómo pueden los hijos ser buenos si tienen malos padres? Sería necesario un milagro.

    También es verdad que a veces los padres que dan un mal ejemplo no corrigen a sus hijos aún cuando saben que pecan por no corregirlos.

    Santo Tomás dice que, en este caso, un padre debe, por lo menos, pedir a su hijo que no siga el mal ejemplo que le da.

    Cuando los padres dan mal ejemplo, digo yo por mi cuenta, no puede esperarse ningún fruto ni de las advertencias, ni de las oraciones ni de los castigos.” ENVIOS ACCIONFAMILIA CHILE

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